OSCAR BARRETO  • PechaKucha Nights, Bogotá (COL), octubre de 2012

uN TROZO relámpago DE LA HISTORIA de la publicidad popular colombiana encarnada en la vida de uno de sus más prolíficos y carismáticos pintores.


El hada

Podrán parecer lo más antierótico del mundo, pero los buses bogotanos arden de lujuría.

El chofer se ha reservado un ángulo de visión que le permite ver hasta lo más recondito cuando un par de muslos envueltos en una minifalda se sientan a su derecha, cuando el bus está a reventar, algunos caballeros se adesgurar de restregarle a las damas sus atributos, y de cuando en cuando, es posible que la tapicería lleve una leyende del estilo de "Jefferson lo mama" o "Milena es una puta".

Son muchos minutos allí sentados pensando en nada y la imaginación empieza a maquinar cochinadas. Pero la culpa no es nuestra: a veces la luz entra de cierto modo por las ventanillas y entre las motas de polvo se puede ver a una traviesa hadita que con sus carnes al descubierto revolotea polinizando las aburridas mentes de los pasajeros.


La pantera

Podrán parecer lo más antierótico del mundo, pero los buses bogotanos arden de lujuría.

El chofer se ha reservado un ángulo de visión que le permite ver hasta lo más recondito cuando un par de muslos envueltos en una minifalda se sientan a su derecha, cuando el bus está a reventar, algunos caballeros se adesgurar de restregarle a las damas sus atributos, y de cuando en cuando, es posible que la tapicería lleve una leyende del estilo de "Jefferson lo mama" o "Milena es una puta".

Son muchos minutos allí sentados pensando en nada y la imaginación empieza a maquinar cochinadas. Pero la culpa no es nuestra: a veces la luz entra de cierto modo por las ventanillas y entre las motas de polvo se puede ver a una traviesa hadita que con sus carnes al descubierto revolotea polinizando las aburridas mentes de los pasajeros.